Hacía un tiempo que no veía a Rosa María, mi amiga cineasta que conocí en Cusco, quedamos en reunirnos en casa de su amiga María Rosa, sí al revés que el nombre de mi amiga. Me pareció curioso.

Los que me conocen saben lo mucho que me entusiasma reunirme a charlar en temas de artes y cultura, estaba muy contenta cuando me recibió Maria Rosa en su puerta con una sonrisa cálida, me sentí muy cómoda y con una sensación de que ya nos conociéramos de tiempo atrás.

Admire sus cuadros en el pasadizo mientras entramos en la sala adornada con piezas decorativas de nuestras culturas, recuerdo libros en la mesa de centro, un té de hierbas naturales de aroma cítrico, un emotivo saludos de mi amiga Rosa Maria y una amena conversación, me quedaba escuchando tratando de absorber y retener las anécdotas de mis dos respetables interlocutoras.